lunes, 19 de diciembre de 2011

Días de navidad.


Salir y cerrar la puerta para enfrentarme a la vida real, sumirme en el frío del invierno y en la óscuridad de la noche. Tener que despedirme de tus cálidos besos y abrazos, despertarme del sueño que vivimos cada día con el gélido viento azotandome en la cara. Notar que el móvil me vibra en el bolsillo, ver que tú me llamas, sonrío al darme cuenta de que voy a volver a escuchar tu voz, hablamos mientras que miro desde la calle hacia tu ventana que reconozco no solo por el chico moreno que se asoma mirandome si no por las luces del árbol de navidad que su madre pone cada año, nos reímos, bromeamos y decimos tonterias mientras espero a que venga el autobus, y cuando veo que viene te mando besos que creo que no llegas a distinguir y aunque me sienta patética por ese gesto me siento completa y feliz, pérdidamente enamorada del chico mas especial que he conocido nunca y con quien me gustaría compartir el resto de mi vida, mis experiencias, emociones, tristezas y alegrías. Cada día te repito lo mismo, tal vez, estoy intentando frenarme un poco ya que no me gustaría cansarte, como dicen nohay nada mejor que amar y ser correspondido, doy fe de ello.






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